Una producción limitada, completamente artesanal y altamente cuidada de unos 2.000 litros de aceite de oliva 100% arbequina. Este es el gran resultado de siete años de trabajo de Lola Caro y Antonio Brenes, una pareja de Conil de la Frontera que decidió diversificar su actividad y extraer auténtico oro líquido de su tierra. Conocedores de la alta demanda de productos gastronómicos de gran calidad por parte de los turistas gracias a su labor al frente del hotel Almadraba, decidieron dedicar parte de su esfuerzo también a la creación de una auténtica obra de arte: el aceite Óleo Conil.

P: Antonio, remontémonos a los orígenes. ¿Cómo surge el proyecto Óleo Conil?

En realidad surge de una forma natural ya que soy ingeniero técnico agrícola y antes de dedicarme al sector turístico trabajaba en la Cooperativa Las Virtudes. Por lo tanto, el campo y los cultivos es mi ámbito de actuación. Fue el hotel lo que surgió de forma inesperada, a partir de una herencia familiar y el interés de mi madre porque el inmueble quedará entre nosotros.

Los orígenes de Óleo Conil se remontan a mediados del año 2000, cuando el bajo precio y rendimiento del cereal nos impulsa a dar un giro a la producción de los terrenos que tenemos en la finca La Caballería, en los parajes de los Benitos del Lomo, frente a la costa de El Palmar. Aquí en el hotel nos dábamos cuenta de que todos los turistas se llevaban una botella o lata de aceite de recuerdo y decidimos apostar por este sector.

P: Así os convertisteis en pioneros del olivar en la zona…

Sí, entonces no había ningún olivar en el entorno. Tradicionalmente las tierras se dedicaban al cereal, antes más rentables en tierras fértiles como las nuestras. Eran las tierras más difíciles de la sierra las que se destinaban al cultivo del olivo, entonces un producto marginal dentro de la agricultura. Ahora la situación en el campo ha cambiado radicalmente y nosotros nos hemos adaptados a esta nueva realidad.

P: ¿Y cuáles son las características de los aceites de Óleo Conil?

Un hecho singular y que dota a nuestros aceites de una esencia especial es su cercanía al mar. El salitre traído por las brisas marinas da al producto un matiz diferente, un suave toque casi imperceptible pero que los paladares más delicados distinguen.

Otra de las características que lo hace especial es la variedad de aceituna del que surge: la arbequina. Aunque no sea un cultivo típico en Andalucía, donde se apuesta más por la picual, nosotros apostamos por ella por varias cuestiones muy importantes. En primer lugar, permite un cultivo más intensivo; también es muy adecuada para soportar los fuertes vientos de levante que azotan la zona por su menor envergadura; es más resistente a la caída y más fácil de degustar por personas que no están acostumbradas a la intensidad de otros aceites. La arbequina produce un zumo más afrutado, con un toque de almendras dulces, que no tiene reflujo. Es muy fácil adaptarse a su sabor.

P: Un largo camino en el que también habréis encontrado dificultados y retos… 

Por supuesto. El principal reto es la falta de cultura que tenemos, a pesar de ser el país con mayor producción de aceite. La decisión de compra se basa principalmente en el factor económico sin tener en cuenta las características del producto y su calidad. No saben valorar la calidad y el trabajo que conlleva conseguir un producto de la calidad de Óleo Conil.

Todos estamos dispuestos a pagar 2 euros por un zumo de naranja natural en la que se invierten dos piezas de fruta. Sin embargo, somos reacios a abonar el coste del litro de este aceite natural y totalmente ecológico para cuya producción son necesarias nueve o diez kilos de aceitunas. Aceitunas que además son cuidadosamente seleccionadas del árbol. No utilizamos ni un solo fruto caído.

P: Signo inequívoco de vuestra apuesta por la calidad… 

Exactamente. Nosotros intentamos que el cliente tome el producto lo más natural posible y para ello ponemos el máximo cuidado en su producción. La calidad y la excelencia son nuestros objetivos primordiales, primando por encima de la cantidad u otros aspectos de rentabilidad. Desde el uso de abonos naturales, hasta su distribución en cercanía.

Nosotros hacemos una recolección muy temprana, para evitar la oxidación de la aceituna. Nos adelantamos dos o tres meses a las fechas habituales de campaña, consiguiente menos cantidad de producto pero un zumo de muchísima más calidad.

Además mantenemos el producto el máximo tiempo posible en nuestros depósitos aislados, envasando a demanda para que se mantengan todas sus cualidades organolépticas.

Así conseguimos un aceite ecológico certificado por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica CAAE. Aunque nosotros defendemos que es mejor confiar en el agricultor, en sus técnicas de trabajo, en su pasión por su cultivo más que en una certificación. Y nosotros estamos convencidos de que estamos haciéndolo muy bien y que podemos ofrecer plena garantía a nuestros clientes, a los que nos encanta explicar y mostrar el proceso de elaboración de nuestro aceite.

P: ¿Cómo ha sido vuestra experiencia en el apartado más comercial?

Hacemos una comercialización muy cercana, de proximidad. Lo vendemos directamente en nuestro hotel y tenemos algunos puntos de venta en distintas localidades de la provincia. Pero todo muy controlado porque tenemos una producción muy pequeña y si nos comprometemos con un distribuidor queremos tener disponibilidad de producto durante todo el año, enlazando campañas. Nuestra producción es aún muy pequeña porque los árboles son jóvenes y no están en plena producción y tenemos que adecuarnos a nuestras posibilidades.

P: ¿Cuáles son los objetivos en vuestro horizonte, vuestros proyectos de futuro?

Seguir mejorando, caminando hacia la excelencia, consiguiendo incrementar aún más la calidad del aceite. Nosotros no hemos hecho la plantación como negocio sino como apuesta personal. Disfrutamos estando en la finca, viendo crecer nuestros olivos y a los consumidores saboreando el resultado.

Ahora estamos esperando los primeros frutos de olivos de la variedad picual que hemos sembrado para combinar y conseguir buenos coupages que combinen ambas variedades. Queremos buscar un equilibrio para obtener un aceite de mayor calidad.

También contamos con la estrecha colaboración de un catador conileño que nos está animando a presentar nuestros productos a concursos y certámenes. Puede que con la próxima producción nos iniciemos también en este ámbito.

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